Recogida de cable para tertulianos con demasiadas ganas de aplaudir
Érase una vez una política del partido A que se presentó a las elecciones de cierta comunidad asegurando que su objetivo era gobernar en solitario y acabar con el largo mandato del partido B. Por desgracia, los votantes no le dieron suficiente apoyo para gobernar en solitario y tenía que decidir entre la opción de pactar con un partido C (A y C sumaban más que B) y poder ejecutar un programa electoral que consideraba el mejor para su región o hacer honor a su palabra de que sólo gobernaría en solitario y, por tanto, a pesar de que el partido C le daba su apoyo si repartía sillones, la política del partido A decidió que su palabra era sagrada y que, por tanto, renunciaba a ocupar aquella poltrona y dejaba gobernar al candidato B, por ser más votado.
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